PIONEROS DEL POP EN ESPAÑOL
El Dúo Dinámico son Manuel de la Calva y Ramón Arcusa. Pioneros del pop en España, son cantantes, autores y productores discográficos, además de protagonistas de varias películas. El Dúo Dinámico es, sin duda, la pareja más importante de nuestra música. Desde sus comienzos, se han labrado una carrera de grandes éxitos, convirtiéndose en todo un referente y una leyenda de nuestro pop. Ganadores de un Grammy de Honor a su Excelencia Musical en el año 2014, Manuel de la Calva y Ramón Arcusa son los precursores indiscutibles de nuestro pop-rock y, también, del fenómeno fan surgido en la década de 1960.
El 9 de septiembre de 1959, Emi-Odeón publicó un EP de cuatro canciones: Recordándote, Cowboy, Alone y Little Darling, que fue el primer disco del Dúo Dinámico. Luego vendrían grandes éxitos como Quisiera ser, Eres tú, Perdóname, Somos jóvenes, Quince años, Bailando el twist, Lolita twist, Como ayer o la más reciente Resistiré, canción emblemática del imparable dúo que ya es un himno para todos.
Este 2019, la gira de grandes éxitos de su 60 aniversario les llevará por algunas de las salas y escenarios más señeros de nuestro país, en ciudades como Valladolid, Santander, A Coruña, Vigo, Girona, Sitges, San Juan, Chiclana, Granadas, Palma de Mallorca…
Yo comencé mis estudios en el curso 1959-60
EL BAILE DEL "LADRILLO" DE RITA PAVONEYo comencé mis estudios en el curso 1959-60
Es una aportación de Alfonso Pelayo
UNA MELODÍA PROHIBIDA
Jane Birkin "je T'aime Moi Non Plus
MÚSICA PARA EVOCAR
THE BEATLES
LOS
GUATEQUES EN LOS 60
Por Pedro Taracena Gil
La palabra guateque se refiere a
una “fiesta casera, generalmente de gente joven, en que se merienda y se
baila”. En los años cincuenta tuvieron lugar los guateques organizados por
adolescentes en domicilios particulares, o alquilando salas o jardines
contiguos a los bares. Surgieron como respuesta a la prohibición de los menores
para asistir a los bailes de las salas de fiesta y cabarés (cabaret de origen
francés). Eran unas reuniones un tanto ingenuas e inocentes que propiciaban los
encuentros de los jóvenes, precursoras de las discoteques francesas, que más tarde se españolizaron como
discotecas.
Solían celebrarse los domingos
por la tarde. Alternándose, ponían a disposición de los amigos su casa, con el
permiso paterno o aprovechando su ausencia. Aportaban un tocadiscos cuya
tensión de alimentación fuera compatible con la casa elegida; evitando que la
fiesta terminara antes de tiempo por conectar a la red de 220 voltios, un
aparato que sólo admitía 125. Allí acudían los amigos y allegados con todos los
discos de 45 y 78 r.p.m. que disponían, sobre todo las novedades salidas en el
mercado discográfico español. La aportación de la cuota exclusivamente de los
chicos, garantizaba el aprovisionamiento de los bocadillos, que ya en esa época
comenzaban a llamarse Sandwich. Así como la elaboración de una especie de
sangría mal llamada limonada; abundante en alcohol, azúcar y canela. Eso sí con
cáscaras de limón y naranja naufragando en el recipiente.
Casi siempre había un aficionado
a pinchar los discos, precursor de los actuales Disc Jockey. Encargado de
establecer de manera informal varias etapas para animar la velada. Secuencias que propiciaban romper el hielo y
fomentar la comunicación. En una primera parte sorprendía con las novedades,
sobre todo, si venían del extranjero. En los años cincuenta la juventud
española rompió con los conjuntos latinos (Los cinco Latinos), con el bolero,
el tango, la llamada canción española (el pasodoble) y por supuesto la copla y
el cuplé. Sin embargo, abrazaron a Elvis Presley, Paul Anka, Cliff Richar, etc.
El Rock Can Roll y el Twist, fueron ritmos que tuvieron una aceptación
universal. La tarde solía comenzar con estos ritmos y la animación estaba
garantizada. Sobre todo, el Rock se dio a conocer en España a través de Los
Llopis, un conjunto que nos tradujo El rock de la cárcel en castellano, Ahí viene la plaga y Estremécete. Para mejor entender la
dinámica de las relaciones entre las chicas y los chicos, es preciso aclarar
que los chicos sacaban a bailar a las chicas y nunca a la inversa. Cuando la
tarde ya estaba encauzada, el pinchadiscos cambiaba el tercio, y ponía música
lenta. En estos momentos la preferencia en elegir chica era menos disimulada.
El objetivo era acabar la tarde con la chica que más te gustara. Entonces
sonaban baladas de Elvis Presley, canciones de Los Blue Diamonds y de franceses
e italianos. Tampoco podía faltar Salvatore Adamo, Enrique Guzmán y el
incipiente Dúo Dinámico. Si el pinchadiscos era dócil aceptaba peticiones de canciones
que podían compartir con la chica elegida.
Cuando la fiesta estaba en su
cénit, venía el cuarto de hora femenino.
Durante quince minutos, escasos para unos e interminables para otros, las
chicas sacaban a bailar a los chicos. En este corto espacio afloraban o se
disimulaban las timideces y las decisiones. El colocador de los discos a veces
era el más tímido de la reunión; ocultando detrás del vinilo y la aguja del
pick-up, sus complejos e indecisiones. Sin embargo, cuando contemplaba que el
guateque estaba al rojo vivo, decidía que la gente debía acometer el baile de
la escoba. En la mitad de una de las piezas más lentas, entregaba una escoba a
uno de los chicos y se ponía a bailar con la chica. El chico debía entregar la
escoba a otro amigo para poder tener otra vez pareja de baile. Es fácil suponer
que todos huían de él como de la lepra. Y al final de la canción, el
pinchadiscos acababa con la escoba como empezó. Porque el último en su desesperación
no quería acabar la pieza bailando con la escoba.
No todos los guateques resultaban
iguales, dependía del ambiente creado, del número de personas, del equilibro
entre ambos géneros y de la carga emotiva que la limonada había provocado. De
cualquier manera, una valoración de estos encuentros juveniles, después de más
de cincuenta años que tuvieron lugar, no superaban un rombo; utilizando una
medida de censura de la época. A lo más que se llagaba a veces era al truco de
la avería. Se producía cuando el dueño de la casa decía que se había ido la luz
en toda la vecindad, aunque el piloto rojo del tocadiscos siguiera encendido y
el plato girando. A pesar de los apagones más o menos frecuentes y de los
escarceos a las otras estancias de la casa, no llegó nunca la sangre al río…
LA
LEY DE LA CUARTA
Antes de concluir este brevísimo
ensayo sobre los guateques, acude a mi mente el recuerdo de cuando organicé uno
de los guateques en mi casa. Aprovechando que mis padres se fueron a pasar el
día, a Ávila o Segovia. Recientemente habían pintado el comedor y había que sacar
todos los muebles y ponerlos en las otras habitaciones. Hicimos la célebre
limonada un poco cargada de canela. Mi casa estaba en la última plata del edificio.
Algunos salieron a la terraza situada justo sobre la casa de enfrente, ya que
la escalera era de uso común. Creo que fue en invierno y a los que salieron a
la terraza se les cerró la puerta y por falta de luz y que nadie se le ocurrió
asomarse a la ventana de la cocían, allí permanecieron en compañía de la bebida
que a esas alturas de la tarde ya hacia sus efectos dentro y fuera de la casa. Alguien
entró en la cocina para hacer acopio de bebida y entre la nube que llevaba encima
y la niebla que tenían los del tejado, fue difícil, pero al final por señas y
gritos abrimos la puerta y pudieron seguir la fiesta. El peligro estuvo presente
todo el tiempo porque esa terraza era un tejado que no disponía de barandillas.
Pero aún estoy sorprendido de la rapidez con la cual colocamos y limpiamos de nuevo
la casa. Al regresar después de haber acompañado a las chicas a su casa, mis
padres no hicieron la más mínima observación, de que allí hubiera huellas de
haber pasado quizás 15 o 20 amigos.
Para los internautas del siglo
XXI que leyeren este texto, es preciso situar a estos jóvenes y sus
guateques en pleno régimen del nacionalcatolicismo. Todo estaba prohibido en
materia sexual. Todo era todo. Pero aquellos jóvenes estábamos tan vivos como
los de ahora en materia erótica. Las consignas eran tajantes impartidas por los
curas responsables de la salvación de nuestras almas y también de nuestros
cuerpos. El baile agarrado era pecado y si al final las chicas y los chicos caíamos
en la tentación de agarrarnos para bailar melodías lentas, se debía respetar la
ley de la cuarta. Sí, esto suena a cómico en el siglo XXI, pero era el celo
por la moralidad del momento. La regla se cumplía, depende…
Los guateques fueron sustituidos
por otros bailes públicos de barrio; dando lugar a los clubes y éstos a las
discotecas.
Aclaración: El autor de este ensayo sobre el guateque, debe una explicación a los internautas que justifique la inclusión en este espacio el tema de LOS GUATEQUES. Como todos los antiguos alumnos saben, en Paloma permanecía abierta los domingos por la tarde, el aula de los castigados. Allí íbamos los que llevábamos del mes anterior: conducta regular, deficiente, mala o muy mala. Si algunos de los amigos que venían con la panda al guateque, se quedaban castigados, era obligado hacerles un hueco en la reunión, aunque fuera un poco tarde. Era posible ver a un amigo esperar a otro con el microsurco debajo del brazo de: La Bamba de Trini López, Guitar tango de los Shadows, The Young Ones (Los Jóvenes) de Cliff Richar o Quince años tiene mi amor del Dúo Dinámico.
Varios vídeos ilustran los ambientes creados por los ídolos de los adolescentes de los años cincuenta y sesenta:
Vídeo: Blue Diamonds
Vídeo: Françoise Hardi
Vídeo: Los Sonor
Vídeo: Sivie Vartan
Vídeo: Cliff Richard
Vídeo: Cliff Richard The Shadows
Vídeo: Cliff Richard The young ones
Vídeo: Trini López La Bamba
Vídeo: Trini López Si yo tuviera un martillo
Vídeo: Los Sonor
Vídeo: Sivie Vartan
Vídeo: Cliff Richard
Vídeo: Cliff Richard The Shadows
Vídeo: Cliff Richard The young ones
Vídeo: Trini López La Bamba
Vídeo: Trini López Si yo tuviera un martillo
Aportación de un internauta:
Hola Pedro me ha gustado tu página, la he leído muy rápido aunque poco puedo aportar a lo ya dicho por ti, pero de todas formas algo te puedo contar. La acción la situo en un pueblo extremeño llamado Navalmoral de la Mata donde curse mis estudios de Bachillerato, estaba interno en un colegio de chicos, obviamente, los guateque los hacíamos en casa de un amigo, que sus padres estaban en Francia, y allí los domingos por la tarde si conseguíamos reunir algún grupo de chicas y hacíamos los guateque. También contábamos con las chicas del colegio de monjas, para ello organizábamos alguna obra de teatro y con el dinero que nos dejaban recaudar de una segunda actuación, porque la primera se la quedaban ellas. En el comedor del colegio hacíamos el guateque, bajo la atenta mirada de los profes de turno. La época la sitúo en mitad de la década de los sesenta y obviamente los artistas, los del momento, Brincos, Bravos, Beatles etc. Luis Blas Escudero.
Cantantes y conjuntos que vivieron con nosotros las tardes de los domingos:
Gilbert Bécaud Et maintenant
Blue Diamonds
Gigliola Cinquetti
Gelu Siempre es Domingo
Los Llopis Estremécete
Elvis Presley Dont Be Cruel
Enrique Guzmán 100 Kilos de barro
Dúo Dinámico Mari Carmen
Cliff Richard The Shadwos The Youns Ones
Chubby Checker The Twist
Blue Diamonds Mona Lisa
El disco de aquella tarde...
... y luego todo cambió.
Música de los guateques por autores:
Elvis Presley
Pista 1/6
Pista 2/6
Pista 3/6
Pista 4/6
Pista 5/6
Pista 6/6
Cliff Richard The Shadows
Pista 1/4
Pista 2/4
Pista 3/4
Pista 4/4
The Shadows
Pista1/2
Pista 2/2 "Apache" Esta canción se escuchaba al entrar al comedor en Paloma.
Enrique Guzmán y Los Teen Tops
Pista 1/8
Pista 2/8
Pista 3/8
Pista 4/8
Pista 5/8
Pista 6/8
Pista 7/8
Pista 8/8
MÚSICA PARA EVOCAR
En la última etapa de los guateques, JANE BIRKIN provocó un gran escándalo en la conciencia de la católica España con: "je t'aime... moi non plus"
EL ÁLBUM DEL GUATEQUE
MARI TRINI
La gran cantautora Mari Trini irrumpió con fuerza en la canción española cuando yo abandonaba la fiebre de los guateques junto con mi adolescencia, y compartía mi juventud con la canción protesta y de cantautor de los años setenta. Las letras de sus canciones fueron precursoras de la sensibilidad feminista.